Os contaré la historia de porqué La Mademoiselle Antique se llama y se pronuncia tal y como se lee “La Mademoiselle Antique”
Cómo sabéis La Mademoiselle Antique era una señorita que iba de ciudad en ciudad en busca de cosas bonitas, pero antes de eso mucho tiempo atrás…
En un céntrico barrio de Madrid nacía “La Adela Justa” entre gramolas y cantos de sus niñeras se criaba, bailaba el chotis, aprendía idiomas, pintaba, tocaba el piano. Era una niña de familia acomodaba, inquieta, que dejaba volar su imaginación soplando el polvo de las cosas maravillosas que encontraba en la buhardilla de su abuela.
Ella se consideraba muy justa como su nombre indicaba, pero le gustaba que le llamarán mejor Adela. En Madrid y en el centro era simplemente La Adela. Pronto empezó a viajar, pues su padre quería que fuera una mujer “prepará” para que llegara a ser “un buen partido” en el futuro.
Volvía, de cada viaje más ilusionada pero un día regresó de Francia con una mirada diferente, parecía enamorada aunque no se sabía si del idioma, de todas aquellas calles francesas que había recorrido, de perderse en ellas, del encanto de sus pueblos o de esa música que llenaba su corazón.
De nuevo se instaló en su querido Madrid y volvió a disfrutar de sus verbenas, los mercados y tradiciones. A pesar de todo sus vecinas la notaban diferente y entonces la empezaron a llamar “La Mademoiselle”, ella se esforzó por que lo pronunciaran bien, le hacia gracia el mote, así que se quedo con él y con una tienda de herencia familiar de antigüedades la cual, como no podía ser de otra manera se llamó La Mademoiselle Anti y queé con ese tono de madrileño que ella tanto adoraba de sus vecinos y su barrio.
Al final La Adela lo juntó y decidió que su tienda se llamaría La Mademoiselle Antique , pronunciado tal cual se escribe, sin rastro del francés. Y así, desde entonces, sus herederos decidieron mantener el nombre para siempre.
